Queridos amigos, voluntarios, familia y familia extendida de nuestra querida comunidad:
Es un honor estar hoy acá y compartir este momento con ustedes

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Cuando me contaron que había sido elegida para comenzar a leer Bereshit en este Simjat Torá, me invadieron varias emociones a la vez, todas intensas y presentes en cada parte de mi cuerpo.

Primero, sentí una profunda emoción y alegría por tener este Kavod, por ser un eslabón más de esta cadena milenaria y mis ojos se llenaron de lágrimas instantáneamente.

La sorpresa también estuvo presente, y se dibujó en mí una sonrisa.
Sentí inmensa gratitud, de poder llegar a este momento, de tener salud, de poder festejar ser judía, de poder volver a comenzar, de ser valorada, de estar acompañada.

Sentí orgullo de ser quien soy, de mi identidad, de mi religión, de mi comunidad y de mi pueblo.
No voy a ocultar que también sentí miedo, esas lágrimas estuvieron acompañadas de un nudo en la panza, y el corazón se aceleró, ahí comenzó el rumiar interno de si podría lograrlo.
A mis hijas, siempre intento enseñarles que el miedo hay que afrontarlo, y aquí estoy: dando el ejemplo.

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¿Por qué recibí este reconocimiento? Seguramente la respuesta sea porque estoy en la Comisión Directiva de Arlene, pero yendo un poco más atrás… ¿Por qué decido dedicar parte de mi tiempo a colaborar? Mi motivación nace de los valores con los que fui educada, valores que deseo también transmitir.

Me gustaría compartir una frase de Hilel que dice: IM EIN ANI LI, MI LI? UCHSHEANI LE ATZMI, MA ANI? VE IM LO ACHSHAV, EIMATAI?
“Si yo no soy para mí, ¿quién será? Y si sólo soy para mí, ¿qué soy? Y si no es ahora, ¿cuándo?”

Esta frase resume la importancia de un cierto equilibrio: cuidarnos, responsabilizarnos por los demás y actuar en el presente.

Así llegué a ser voluntaria en la escuela de mis hijas, una escuela comunitaria, judía e inclusiva, donde aprenden, vivencian el judaísmo, se conectan con sus raíces, donde cada uno es singular y crecen con respeto y amistad.

Después del 7/10, hace 2 años, me pregunté cómo seguir desde acá. Recuerdo haberme acercado a Fada con esta inquietud. Él me recordó que parte de nuestra misión era educar y transmitir el judaísmo, mantener viva nuestra identidad. No dejar nunca que se apague, sino que cada vez sea más fuerte. Ser voluntaria es mi forma de hacerlo, es sentirme parte del pueblo de Israel, es ayudar a que muchas familias más puedan hacerlo. Es actuar, transformar y fortalecer la comunidad judía en la diáspora.

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Hoy más que nunca necesitamos a Israel e Israel nos necesita. Y hoy la alegría de Simjat Torá tiene un brillo especial. Celebramos la vida, la fe y el reencuentro. Los secuestrados están nuevamente en casa y eso llena nuestros corazones de emoción, esperanza y gratitud.

Lo que leemos hoy es sobre el comienzo, la creación, la construcción y la luz. Cada año leemos lo mismo, pero cada año no somos los mismos. Hace 30 años comenzó la construcción de nuestra Escuela Comunitaria Arlene Fern y este 5786 será la inauguración de nuestra escuela secundaria. Cada inicio es una nueva oportunidad y junto a este hermoso grupo de profesionales y voluntarios intentamos aprovecharlo, aportar nuestros conocimientos, nuestras ganas, nuestro tiempo para permitir que cada vez sean más los jóvenes que puedan educarse en este camino y construir un futuro judío y comunitario.

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Hoy leemos la Torá por nosotros y por todos a los que no se les permitió hacerlo. Para recordarlos y recordar de dónde venimos.

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Es momento de agradecer:
A mi familia por apoyarme, aunque muchas veces implique entre otras cosas, ir caminando al colegio o llegar más tarde a trabajar.

A mis amigos de la Comisión por escucharme, valorarme y darme lugar.

A Patri por estar siempre presente y pendiente.

A Gaby Krischesky por motivar continuamente a ir por más.

A Sergio Bergman por fundar esta casa, que hoy siento mía.

A todos los voluntarios que sostienen día a día nuestro Centro Comunitario Judaica Belgrano.
Y a Fada, por su optimismo, su fe y su calidez constante.

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Jag Sameaj. Que sigamos construyendo juntos luz, comunidad y continuidad.
AM ISRAEL JAI
Ariela Dulman